miércoles, 6 de agosto de 2025

El Encanto de Nikkō: Cultura, Naturaleza y el Puente Shinkyo

Nikkō, ubicado en la prefectura de Tochigi, es un destino de excepcional valor natural, histórico y cultural de Japón, donde historia, espiritualidad y naturaleza se entrelazan para ofrecer una experiencia única. En el Parque Nacional de Nikkō destacan el Lago Chuzenji y la cascada Kegon, así como un vasto y magnífico complejo de templos y santuarios declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El Lago Chuzenji, formado hace más de 20,000 años tras la erupción del Monte Nantai, es el lago natural más alto de Japón, situado a 1,269 metros de altitud. Sus paisajes, especialmente en otoño, cautivan con sus tonalidades de color y su entorno montañoso. A orillas del lago se halla el histórico Templo Chuzenji, fundado en el siglo VIII y conocido por su estatua de Tachiki Kannon, reflejo de la profunda tradición espiritual del lugar.



La cascada Kegon, con una imponente caída de agua de 97 metros, se encuentra en la salida del agua del Lago Chuzenji y es una de las tres cascadas más famosas y bellas de Japón. La cascada se forma cuando el río Daiya es desviado por antiguos flujos de lava volcánica, creando un salto de agua que arroja aproximadamente tres toneladas por segundo. Es especialmente espectacular durante la primavera, por el aumento del caudal debido al deshielo, y en otoño, cuando el follaje circundante enmarca la cascada con colores vibrantes. En invierno, el agua puede congelarse parcialmente o completamente, formando esculturas de hielo únicas. Los visitantes pueden disfrutar de la cascada desde una plataforma gratuita superior, tomar un ascensor que desciende 100 metros a una plataforma cerca de la base (con un pequeño coste de entrada), o contemplarla desde el teleférico Akechidaira para vistas panorámicas. En días soleados, el rocío producido genera bellos arcoíris en el mirador.


El complejo de templos y santuarios de Nikkō, Patrimonio de la Humanidad, consta de más de 100 edificios distribuidos en tres principales agrupaciones: los santuarios sintoístas Futarasan-jinja y Toshogu, y el templo budista Rinno-ji. Toshogu es el mausoleo del fundador del shogunato Tokugawa, Tokugawa Ieyasu, y destaca por su extravagante arquitectura Gongen-zukuri, con la famosa Puerta Yomeimon, la pagoda de cinco pisos, la puerta Niomon, y simbólicos tallados como los tres monos sabios y el gato dormido (Nemuri-neko). Futarasan-jinja, fundado en el siglo VIII, honra las montañas sagradas de la región, mientras Rinno-ji alberga las tres estatuas doradas de Buda, representando dichas montañas y la fusión entre budismo y sintoísmo peculiar a Nikkō.


Un símbolo inconfundible del lugar es el Puente Shinkyo o "Puente Sagrado", un puente lacado en rojo bermellón que cruza el río Daiya, marcando la entrada al santuario Futarasan-jinja. Construido originalmente en 1636, es considerado uno de los tres puentes más bellos de Japón. La leyenda dice que fue creado por dos serpientes divinas para facilitar el paso del monje Shodo Shonin en el siglo VIII. Este puente, que históricamente estaba reservado para la realeza y los sacerdotes, hoy puede ser visitado previo pago.

En conjunto, Nikkō es un destino donde la riqueza cultural, espiritual y artística converge con un entorno natural de gran belleza y diversidad



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