jueves, 24 de septiembre de 2015

El Monasterio de la Rábida

Podeis completar vuestra visita a las Carabelas con uno de los conventos franciscanos más importantes del mundo de la Hispanidad.


El Monasterio de Santa María de la Rábida fue testigo de un hecho crucial en nuestra historia, como fue el Descubrimiento de América. Los frailes de la Rábida dieron cobijo y apoyo a Cristóbal Colón en su empresa descubridora, pues le pusieron en contacto con Martín Alonso Pinzón.Este  rico armador le dio la ayuda económica que necesitaba y reclutó los hombres necesarios para su empresa.

Aquí también estuvieron Hernán Cortés, Francisco Pizarro y Gonzalo de Sandoval, por esta razón se considera como un lugar colombino de primer orden.
El Monasterio tiene 2317 metros cuadrados y es de planta irregular.
Posee dos plantas.En la planta baja vereis una sala dedicada al Descubrimiento de América con murales pintados por Daniel Vázquez Díaz .En ellos se representan al Navegante y el fraile, las conversaciones de la Rábida, los heroicos marinos de Palos y el Mural de las Naves.


Justo al lado teneis el Claustro de Santa María de la Rábida y el Templo conventual con una impresionante talla del Cristo de los Remedios.

El Claustro de las Flores o también llamado Hospedería, dedicado a la acogida de los marineros en apuros.

En la actualidad podeis admirar La Galería de  los Protagonistas del pintor Juan Manuel Núñez Báñez..


Su técnica es totalmente novedosa pues mezcla pintura y escultura en las escenas más determinantes de la Epopeya descubridora.
El Refectorio conventual presidido por una imagen de un Cristo del Siglo XIV

La Salita de Conferencias donde Colón conversó con Fray Juan Pérez


Y sobre todo, el Claustro Mudéjar , mi preferido..


Subimos a la segunda planta y allí encontraremos una Sala Capitular, escenario probable de las Llamadas "conversaciones de la Rábida".

La Galería de las Carabelas con maquetas de las tres naves.


Y finalmente las Sala de los documentos con restos arqueológicos encontrados en el entorno , entre ellos una espada perteneciente a Gonzalo de Sandoval, capitán de Hernán Cortés, muerto en el Monasterio y enterrado en la iglesia.

Si os queda tiempo, aprovechad para pasear por sus jardines y ver este monumento recién restaurado

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