La ciudad de Soria estará siempre ligada a la del poeta
Antonio Machado.Machado llega a Soria en mayo de 1907, tras aprobar las oposiciones en Lengua Francesa y allí permanecerá hasta la muerte de su amada Leonor.
En Soria hay una ruta de los lugares por donde estuvo el poeta, entre ellos está la Ermita de San Saturio, una preciosa ermita enclavada en la roca justo al lado del Río Duero.
El camino es muy agradable y está lleno de vegetación.En los alrededores de la ermita hay varias placas con versos del poeta sobre el Río Duero y los árboles
Estos chopos del río que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
El son del agua cuando el viento sopla
tiene en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.
Hay un puente para cruzar al otro lado de la orilla que está repleto de candados de amor.
El Claustro de San Juan del Duero.Fue levantado en el siglo XIII con unos arcos y una puerta de traza genuinamente árabe.
La Plaza Mayor con el Ayuntamiento y la Iglesia de Santa María La Mayor donde Machado y Leonor contraerían matrimonio un 30 de julio de 1910.En la puerta de la misma iglesia hay una estatua de Leonor con una silla, donde solía sentarse el poeta.
En una esquina de la Plaza vereis el Palacio de Doña Urraca del siglo XVI. Originariamente tenía cuatro plantas. En su fachada se abre un balcón adintelado.
Cuenta una leyenda del Siglo XIX que siendo acusada de adúltera Doña Urraca fue encerrada por su esposo, el Batallador, en Castellar.Reconciliados y enfrentados de nuevo, la volvió a encerar en este torreón de Soria.
Y la Casa del Común, la voz del pueblo de Soria, donde se elegía al Procurador de la Confradía
Otro Palacio es el Palacio de los Rios y Salcedo del siglo XVI, actual sede del Archivo Histórico Provincial de Soria.
Y el Palacio de los Condes de Gomara donde se imparte Justicia.
Una estatua naturalista de Gerardo Diego a la entrada del Casino nos recuerda la estancia del poeta en la ciudad.
La Concatedral de San Pedro con portadas y trazas interiores platerescas.
Después de este paseo, nada mejor que descansar en la Alameda de Cervantes, el parque por excelencia de la ciudad de Soria.
Dentro parque vereis este pequeña ermita de la Soledad que conserva en su interior un cristo de marfil, atribuido a Juan de Juni.
