miércoles, 26 de noviembre de 2025

Los molinos de Herencia: guardianes del paisaje manchego

En el corazón de la provincia de Ciudad Real, Herencia se erige como uno de los municipios que mejor ha conservado la esencia de La Mancha. El perfil de su cerro, coronado por siete molinos históricos, es mucho más que una postal: representa la pervivencia de la tradición y el vínculo directo con la literatura universal, gracias a la inmortal obra de Cervantes.



Estos molinos de viento, construidos entre los siglos XVIII y XIX, fueron piezas fundamentales en la economía local, moliendo trigo y cebada para abastecer a los habitantes de la comarca. Su arquitectura blanca, de base circular y robusta, con cubierta de tejadillo a cuatro aguas y aspas que desafían el viento, recuerda la silueta clásica de los gigantes contra los que luchó Don Quijote.


A día de hoy, los molinos de Herencia han sido restaurados y algunos de ellos están abiertos al público, permitiendo que los visitantes exploren su interior y conozcan de cerca la maquinaria original. Destacan especialmente el Molino "El Ama" y el Molino "La Dulcinea", ambos punto de encuentro durante la celebración anual de las Jornadas Cervantinas, evento cultural que homenajea la figura de Don Quijote y la herencia manchega.

El entorno que rodea los molinos ofrece unas vistas panorámicas espectaculares sobre la llanura manchega, convirtiéndolo en un enclave ideal para fotógrafos, excursionistas y amantes de las tradiciones. Pasear entre estas construcciones es sumergirse en la historia y sentir la fuerza del viento tal como lo hicieron generaciones de molineros.

Herencia apuesta por la preservación de estos monumentos y su integración en rutas turísticas que permiten descubrir el patrimonio local, la gastronomía manchega y la hospitalidad de sus gentes. Los molinos son, sin duda, el emblema de un pueblo que mira al futuro sin olvidar sus raíces.

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