Mostrando entradas con la etiqueta cuentos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cuentos. Mostrar todas las entradas

sábado, 31 de mayo de 2025

El susurro de la serpiente muerta

El mediodía caía pesado sobre la carretera secundaria, el asfalto vibrando bajo el sol. Caminaba solo, dejando atrás el pueblo, cuando la vi: una serpiente muerta, tendida a un lado del camino, como una línea interrumpida en medio del polvo.

Me detuve. No era la primera vez que veía un animal muerto, pero algo en la escena me obligó a mirar. La serpiente estaba intacta, salvo por una herida pequeña, casi discreta. No había rastro de lucha; solo el silencio de lo inevitable.

Me agaché, observándola. Su piel aún brillaba, un patrón de escamas que parecía contener un mensaje cifrado. Pensé en la fragilidad de la vida, en cómo todo puede terminar en un instante, sin previo aviso, sin drama. La serpiente, que alguna vez fue temida, ahora era solo un cuerpo, una historia detenida.

Seguí mi camino, pero la imagen me acompañó. Pensé en las veces que he ignorado lo que yace a los márgenes de mi propia vida: conversaciones no tenidas, decisiones evitadas, sueños olvidados. La serpiente era un recordatorio incómodo de que el tiempo no se detiene, de que todo lo que no enfrentamos puede quedar tendido en el camino, esperando ser reconocido.

Esa tarde, al volver, la serpiente ya no estaba. Quizá algún animal la arrastró, o tal vez el viento y la tierra hicieron su trabajo. Pero yo seguí pensando en ella, en cómo a veces la muerte no es solo un final, sino un espejo que nos obliga a mirar de frente lo que somos y lo que dejamos atrás.

jueves, 1 de mayo de 2025

Bremen: Donde los Cuentos de Hadas se hacen Ciudad

Bremen, al norte de Alemania, es una ciudad que parece salida de un cuento de hadas. Su casco antiguo, atravesado por calles adoquinadas y rodeado de edificios históricos, invita a perderse entre leyendas, arte y rincones únicos. Aquí tienes una guía imprescindible para descubrir lo mejor de Bremen en una visita inolvidable.

Bremer Marktplatz: El corazón vibrante de la ciudad

La Plaza del Mercado (Marktplatz) es el epicentro de Bremen y uno de los conjuntos arquitectónicos más impresionantes de Alemania. Aquí se alzan auténticos tesoros declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como el majestuoso Ayuntamiento (Rathaus) y la emblemática estatua de Rolando, símbolo de la libertad de la ciudad desde la Edad Media. Las coloridas fachadas y la animación constante hacen de esta plaza el mejor punto de partida para explorar Bremen.

El Ayuntamiento y la bodega Ratskeller

El Ayuntamiento de Bremen, construido entre 1405 y 1410, destaca por su fachada tardo-renacentista y su riqueza en detalles escultóricos. Se puede visitar su interior con una visita guiada(sólo en alemán o inglés), que incluye la famosa Cámara Dorada, una gran variedad de maquetas de barcos y la histórica bodega Ratskeller, donde se almacenan más de 650 referencias de vino alemán, incluido uno embotellado en 1727.

La Catedral de San Pedro y el misterio de las momias


A un paso de la Marktplatz se alza la imponente Catedral de San Pedro (St. Petri Dom), con sus dos torres gemelas de casi 100 metros de altura. Su interior es gratuito y alberga dos criptas, un claustro y la curiosa escultura dedicada al Apóstol Santiago, ya que Bremen es parte del Camino de Santiago. Pero lo más insólito es el Bleikeller, la cripta donde descansan ocho momias naturales, un misterio que intriga a visitantes y científicos por igual. Subir a la torre ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.

Los músicos de Bremen: el cuento hecho escultura

No puedes irte sin fotografiar la estatua de los Músicos de Bremen, inspirada en el famoso cuento de los hermanos Grimm. El burro, el perro, el gato y el gallo esperan a los viajeros junto al Ayuntamiento. La tradición dice que tocar las patas delanteras del burro trae buena suerte y cumple deseos secretos.

Böttcherstrasse: arte, arquitectura y campanas musicales


Esta estrecha calle conecta la Marktplatz con el río Weser y es una joya arquitectónica del art déco. Sus casas de ladrillo rojo albergan museos, galerías y la famosa Haus des Glockenspiels, con 30 campanas de porcelana que suenan cada hora entre las 12 y las 18, acompañadas de paneles giratorios que muestran figuras de marineros y aviadores. Un espectáculo sonoro y visual que no te puedes perder.

Molino de Bremen y el parque Wallanlagen

A pocos pasos del centro, el Mühle am Wall es un molino de viento de 1888 rodeado de jardines y un lago, perfecto para una pausa fotográfica o un café con vistas. Es el único molino que se conserva de los seis que había en las antiguas murallas de Bremen.

El barrio de Schnoor: un viaje al pasado medieval


Schnoor es el barrio más pintoresco y antiguo de Bremen, con casas estrechas y coloridas del siglo XV y XVI. Sus callejuelas invitan a perderse entre tiendas de artesanía, galerías y cafeterías con encanto. Es el lugar ideal para sentir la atmósfera medieval de la ciudad.

Otros imprescindibles:

-Bürgerpark: el gran pulmón verde de Bremen, ideal para pasear o relajarse.

-Universum Bremen: centro interactivo de ciencia, perfecto si viajas con niños.

-La estatua de los cerdos en Bremen es una de las esculturas urbanas más queridas y emblemáticas de la ciudad, ubicada en la calle Sögestraße, cuyo nombre significa precisamente “calle de los cerdos”


-Paseo por el río Weser: disfruta de las vistas y la animación de los muelles.

Bremen es mucho más que una parada entre Hamburgo y Hannover: es una ciudad donde la historia, la leyenda y la cultura se entrelazan en cada rincón. Desde la magia de los cuentos hasta la solemnidad de sus monumentos, Bremen te encantará.

martes, 17 de diciembre de 2024

Instantánea navideña

 En diciembre, Sevilla se transformaba en un mar de luces que danzaban al ritmo de la música. Las calles del centro, adornadas con bombillas brillantes, atraían a locales y turistas por igual. Antonio, un fotógrafo apasionado, decidió capturar la magia de la Navidad en su ciudad.

Una noche, mientras paseaba por la Plaza Nueva, se encontró con una mujer mayor sentada en un banco. Su rostro reflejaba nostalgia bajo las luces titilantes.

—¿Le gustaría que le tomara una foto? —preguntó Antonio.

La mujer sonrió tímidamente. —Solo si me prometes que mostrarás cómo brillan las luces en los corazones de las personas.

Intrigado, Antonio aceptó. Mientras ajustaba su cámara, ella comenzó a hablarle sobre sus recuerdos navideños: risas familiares, villancicos y la calidez de la comunidad.

—Las luces son hermosas —dijo ella—, pero lo que realmente importa es el amor que compartimos.

Antonio tomó la foto y, al mirar a su alrededor, comprendió que las luces no solo iluminaban la ciudad; también recordaban a todos lo que significaba estar juntos. Esa noche, su corazón se llenó de gratitud por los momentos compartidos y las historias vivas que hacían brillar aún más a Sevilla. 


miércoles, 19 de junio de 2024

La Máquina de los recuerdos

 En una pequeña y antigua casa en las afueras de un pueblo, había una máquina de coser vieja y polvorienta, llamada Alma. Era una Singer de hierro fundido, con detalles dorados y una rueda que giraba con un susurro suave cuando alguien la accionaba. Alma había estado en la familia por generaciones, y ahora descansaba olvidada en una esquina del ático, cubierta de telarañas y recuerdos.

Un día, Clara, la bisnieta de la primera dueña de Alma, decidió explorar el ático en busca de tesoros escondidos. Clara siempre había tenido una curiosidad insaciable por las cosas antiguas. Al abrir el baúl donde estaba Alma, una nube de polvo se levantó, y Clara tosió mientras apartaba la tela que cubría la máquina de coser.

—¡Wow! ¡Mira esto, mamá! —exclamó Clara, llamando a su madre, Marta.

Marta subió al ático y, al ver la máquina, sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Esa era de mi abuela. Pasaba horas cosiendo con ella —dijo Marta con voz suave—. Me contó tantas historias sobre las prendas que hizo con esta máquina...

Clara, intrigada por la historia de su familia, decidió que quería aprender a coser con Alma. Marta y Clara limpiaron la máquina, engrasaron las partes móviles y buscaron un manual viejo que explicaba cómo usarla. Con paciencia y dedicación, Marta le enseñó a Clara los secretos del arte de la costura.

Pronto, la casa se llenó de vida y color. Alma, que había estado en silencio durante años, ahora vibraba con cada puntada que Clara daba. La vieja máquina volvía a ser el centro de creatividad y unión familiar. Clara confeccionaba vestidos, cojines y hasta muñecos de tela. Cada puntada era un vínculo más fuerte con sus antepasados.

Un día, Clara decidió participar en la feria local de artesanía con sus creaciones. La feria era un evento importante en el pueblo, y la gente se mostraba entusiasmada por ver los trabajos artesanales. Clara exhibió sus piezas y contó la historia de Alma a todos los que se acercaban. La máquina de coser se convirtió en una estrella de la feria, atrayendo a personas que recordaban haber visto máquinas similares en sus propias familias.

Al final del día, Clara ganó el primer premio por su trabajo y su historia. Pero más importante que el premio, fue la conexión que Clara había forjado con su pasado y el orgullo de continuar el legado de su familia.

Desde entonces, Alma nunca volvió al ático. Permaneció en un lugar especial en el taller de Clara, donde cada nuevo proyecto comenzaba con un susurro suave y rítmico. Y aunque Alma era una máquina vieja de coser, en realidad, era mucho más: era un puente entre generaciones, una guardiana de historias y una fuente inagotable de inspiración y amor.

lunes, 15 de abril de 2024

Tarde entre amapolas

En un pequeño pueblo rodeado de campos dorados y colinas ondulantes, florecían las amapolas como pinceladas de rojo intenso sobre un lienzo verde. En el corazón de este encantador lugar, justo al borde de un camino de tierra que serpenteba entre las flores, se alzaba un banco de madera tallada con esmero.

Este banco, viejo y resistente, era el lugar favorito de la abuela Clara. Cada mañana, antes de que el sol pintara el cielo de tonos cálidos, ella se sentaba en ese banco con una taza de té humeante y observaba cómo las amapolas saludaban al nuevo día. Para Clara, ese banco era mucho más que un simple asiento; era su refugio, su lugar de paz y reflexión.

Un día, mientras Clara disfrutaba de la suave brisa y el dulce aroma de las amapolas, un joven llamado Diego llegó al pueblo. Con una mochila al hombro y un corazón lleno de sueños, buscaba un lugar donde encontrar inspiración para escribir sus poesías.

Las amapolas, con sus pétalos de fuego, capturaron la atención de Diego desde el primer momento. Sin dudarlo, se acercó al banco donde Clara reposaba y le pidió permiso para sentarse a su lado. Clara, con una sonrisa amable, le dio la bienvenida, y pronto ambos comenzaron a conversar.

Diego compartió sus sueños de poesía y sus anhelos de explorar el mundo, mientras Clara le hablaba de las historias del pueblo y de las lecciones que había aprendido a lo largo de los años. Entre risas y suspiros, descubrieron que tenían más en común de lo que imaginaban, y una amistad floreció entre ellos como las amapolas en primavera.

Los días pasaron y cada mañana, Clara y Diego se reunían en el banco junto a las amapolas. Hablaban de amor, de sueños, de esperanzas, mientras el sol ascendía en el cielo y las sombras danzaban entre los campos dorados.

Con el tiempo, Diego encontró la inspiración que buscaba en las palabras de Clara y en la belleza de las amapolas. Escribió poemas que hablaban del amor, del paso del tiempo y de la magia de los momentos compartidos.

Y aunque el destino los separó cuando Diego continuó su viaje en busca de nuevas aventuras, el recuerdo de aquellos días en el banco junto a las amapolas perduró en su corazón como un tesoro invaluable. Porque en ese pequeño pueblo, entre los campos dorados y las flores de fuego, encontró algo más que inspiración: encontró un lugar donde el tiempo se detenía y los sueños cobraban vida.

domingo, 4 de junio de 2023

El viaje de Sunny: un cubo en la playa

Érase una vez un cubo de plástico  llamado Sunny. Vivía en una pequeña caja de juguetes en una casa cerca de la playa. Aunque Sunny siempre había soñado con explorar el mundo exterior, nunca había tenido la oportunidad de hacerlo. Su mayor deseo era sentir la arena suave y el agua salada del océano.

Un día soleado, la familia que vivía en la casa decidió hacer un viaje a la playa. Todos los juguetes de la caja fueron empacados en una canasta, incluido Sunny. La emoción se apoderó de él cuando escuchó el sonido de las olas y el aroma fresco del mar.

Cuando llegaron a la playa, la familia desplegó las toallas y comenzó a disfrutar del cálido sol. Sunny, ansioso por vivir su aventura, rodó fuera de la canasta y se deslizó por la suave arena. Saltó de alegría mientras observaba a los niños construir castillos de arena y saltar las olas.

Decidido a unirse a la diversión, Sunny se acercó a un niño llamado Lucas y le hizo una pregunta: "¡Hola, Lucas! ¿Te gustaría construir un castillo de arena juntos?" Lucas, sorprendido de escuchar una voz proveniente de un cubo, sonrió y aceptó encantado.

Así comenzó una amistad entre Sunny y Lucas. Juntos, construyeron un magnífico castillo de arena. Sunny se llenó de alegría al ver cómo las conchas marinas y las algas se convertían en adornos preciosos para su creación.

Después de un rato, Sunny y Lucas decidieron aventurarse al agua. Lucas sujetó a Sunny con cuidado mientras caminaban hacia las olas. El cubo amarillo flotaba en el agua y reía de alegría cada vez que una ola lo salpicaba.

Sunny descubrió que el mar era un lugar fascinante. Nadó junto a los peces y se maravilló con la variedad de colores que encontraba bajo el agua. Disfrutó cada segundo y agradeció a Lucas por hacer realidad su sueño de explorar la playa.

Cuando el día llegó a su fin y la familia se preparaba para irse, Sunny se despidió de Lucas y le agradeció por la aventura inolvidable. Regresó a la caja de juguetes con una historia emocionante para contarles a sus amigos.

Desde ese día, Sunny nunca dejó de soñar con nuevas aventuras. Aunque estaba en su caja, siempre recordaba su tiempo en la playa y sabía que, tarde o temprano, volvería a sentir la arena entre sus esquinas y el abrazo cálido del mar.

miércoles, 22 de marzo de 2023

Fresas y bicicletas

En Huelva, una hermosa ciudad del sur de España, se encontraba una plantación de fresas muy conocida en la zona. Durante la temporada de fresas, muchos turistas y lugareños visitaban la plantación para recoger fresas frescas y deliciosas.


Un día, un grupo de ciclistas se detuvo en la plantación para descansar y reponer energías. Mientras estaban allí, se dieron cuenta de que las fresas de la plantación parecían especialmente jugosas y apetitosas, por lo que decidieron probarlas.

Uno de los ciclistas, llamado Paco, tomó una fresa y se la llevó a la boca. El sabor dulce y jugoso lo sorprendió tanto que decidió recolectar algunas fresas más para compartir con sus compañeros de ciclismo.

Los demás ciclistas probaron las fresas y también se quedaron impresionados por su sabor delicioso y auténtico. Después de recoger suficientes fresas para satisfacer su hambre, los ciclistas se montaron en sus bicicletas y continuaron su recorrido.


Sin embargo, Paco no pudo dejar de pensar en las fresas que había probado en la plantación. Al día siguiente, regresó a la plantación para comprar más fresas y llevarlas a su casa.


Desde ese día en adelante, Paco se convirtió en un cliente habitual de la plantación de fresas en Huelva. Cada vez que iba en bicicleta por la zona, hacía una parada en la plantación para comprar algunas de las mejores fresas que había probado jamás.

Y así, la fama de la plantación de fresas en Huelva se extendió no solo entre los locales y los turistas, sino también entre los ciclistas que recorrían la zona. La plantación de fresas de Huelva se convirtió en un destino popular para aquellos que buscaban un bocado dulce y delicioso mientras disfrutaban de un agradable paseo en bicicleta.

jueves, 2 de febrero de 2023

Por San Blas las cigüeñas verás..y esta vez nos traen un cuento

Ya están aquí las cigüeñas, aunque hay muchas que ni siquiera se han ido.El aumento de la temperatura provocado por el cambio climático hace que cada vez veamos más cigüeñas en las ciudades y los pueblos y opten por no migrar a África..




Este año las cigüeñas nos traen un cuento..A ver si os gusta..

En un hermoso valle rodeado de árboles y ríos cristalinos, vivía una pequeña colonia de cigüeñas. Era un lugar tranquilo y pacífico, donde las cigüeñas podían volar libremente y construir sus nidos en los árboles.

Entre todas las cigüeñas, había una joven llamada Luna, quien siempre había soñado con conocer el mundo más allá de su valle. Un día, tomó la decisión de dejar su hogar y comenzar un gran viaje para descubrir nuevos lugares y conocer nuevas aves.

Luna voló durante días y noches, sobre montañas y océanos, y finalmente llegó a un gran ciudad. Allí, descubrió que las cigüeñas no eran bienvenidas, ya que los humanos las veían como una plaga y las cazaban. Luna se sintió triste y sola, pero no se rindió.

Con su valentía y determinación, Luna comenzó a hablar con los humanos y a mostrarles las maravillas de su especie. Les enseñó cómo las cigüeñas ayudaban a controlar las plagas y cómo eran importantes para el equilibrio ecológico. Poco a poco, los humanos comenzaron a cambiar su actitud hacia las cigüeñas y a respetarlas.

Luna se convirtió en una heroína para las cigüeñas y los humanos, y su valentía inspiró a otras aves a unirse a ella en su lucha por la paz y el respeto entre especies.

Finalmente, Luna regresó a su valle, donde fue recibida con alegría por sus amigos y familiares. Ahí, continuó trabajando para lograr un mundo mejor, donde todas las especies pudieran vivir en armonía.

Y así, la pequeña cigüeña Luna se convirtió en un símbolo de esperanza y valentía para todos los seres vivos del mundo.

martes, 16 de diciembre de 2014

Blancanieves y su castillo de Chocolate

¿Os gustaría vivir en un Castillo hecho de chocolate?No sé..Yo creo que me comería las paredes y hasta las puertas. Pues gracias a la magia de la Navidad y a la Estepeña , Blancanieves tiene su propio castillo fabricado con este delicioso manjar.


Y también la madrastra


y los enanitos..

Toda una recreación del cuento de "Blancanieves y los siete enanitos" con azúcar, cacao, miel y frutos secos..

Lo teneis en la Fundación Cajasol en la Plaza de San Francisco(Sevilla) hasta el 5 de enero en horario de 11 a 21 horas

domingo, 17 de agosto de 2014

La Princesa de las Sandias

Hace cinco mil años, a orillas del río Nilo en África, vivió una princesa que disfrutaba del clima cálido y del paisaje mientras comía toda clase de frutas. Como ya las había probado todas, ninguna le causaba sorpresa.

En una ocasión, un príncipe que había viajado por muchos poblados y desiertos quiso agradarla y le obsequió una fruta grande, jugosa y dulce: la sandía.

La princesa quedó fascinada con su exquisito sabor y le ofreció muchas joyas al príncipe a cambio de las semillas, para sembrarlas a orillas del río. Como esa región tenía un clima seco, la sandía pronto llegó a ser muy apreciada por la cantidad de agua que tenía y alcanzó gran popularidad en las poblaciones cercanas.

A la joven se le llamó la Princesa de las Sandías por la prosperidad que la fruta le dio a su país. Desde entonces, la tradición era regalar sandías cuando se deseaba agradar a alguien, o para eventos importantes.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Las dos gallinas

Hace unos días estuve viendo muchas gallinitas en una Feria y aprovecho la ocasión para contaros un cuento sobre gallinas acompañándolo de algunas fotos de las mismas..


¡Figúrate!, Dos gallinas se pelearon por un grano de semilla y fueron corriendo a quejarse al gallo.

-¡Traedme el grano!- ordeno el gallo.
Las gallinas obedecieron, el gallo dio un rápido picotazo y el grano desapareció.

-¡No es justo! – gritaron las gallinas, y se fueron hacia el interior del bosque para decírselo a la zorra.
- ¡Traedme el gallo! Dijo la zorra, relamiéndose-. ¡Es sin duda más gordo que vosotras y el grano que ha engullido no le servirá para nada!
Las gallinas regresaron y atrajeron al gallo hacia el bosque. Con dos o tres golpes de mandíbula de la zorra el gallo desapareció.
-¡No es justo!- farfullaron las gallinas, y fueron corriendo a quejarse al lobo.
- ¡Traedme la zorra!- gruño el lobo.
Las gallinas atrajeron a la zorra hasta la cueva del lobo. El lobo mordió y mastico unas cuantas veces y la zorra desapareció.

- ¡No es justo! Cacarearon las gallinas y fueron al encuentro del oso.
-Nos hemos peleado por un grano de semilla y el gallo se lo ha comido. La zorra se ha tragado al gallo y el lobo se ha comido a la zorra. ¡Es realmente injusto!- se quejaron las gallinas.
-¡Traedme al lobo!- refunfuño el oso. Y en un par de bocados el lobo acabo en su panza-. Y ahora desapareced antes de que os coma a vosotras también- amenazo el oso. Y estas huyeron lo mas rápidamente que pudieron.