Bañada por las aguas cristalinas del Mediterráneo, Almería es una tierra de contrastes paisajísticos.Posee un clima caracterizado por largos veranos de temperaturas agradables y abundantes horas de sol, sin duda un lugar idóneo para disfrutar de sus idílicas playas.
Almería es una ciudad que me sorpendió gratamente por sus largas avenidas, el puerto y su patrimonio cultural.
Lo que más se conoce de Almería es su Alcazaba , una de las ciudadelas más grandes construidas por los árabes después de la Alhambra de Granada.
Su construcción fue iniciada en el año 955 por Abderramán III y terminada por Hayrán, rey taifa de Almería, en el siglo XI. Tras la conquista cristiana es reformada por los Reyes Católicos y Carlos I.
Posee tres recintos amurallados, uno de los cuales fue construido por los Reyes católicos y una sola puerta de acceso que es esta que veis aquí..
En el interior es notable la presencia del agua. En la arquitectura palaciega el agua es una constante en patios y jardines, en los que mediante una sabia distribución y aprovechamiento se cultivaban flores, árboles frutales y productos agrícolas.
El agua tiene además un carácter purificador. Antes de rezar , el musulmán debe efectuar las abluciones que consisten en el lavado de cara, pies y manos.
Parece que el agua no sólo le gustaba a las árabes sino también a los gatos que pueblan la Alcazaba
También se recrea una casa andalusí, que si por algo se define es por su escaso mobiliario y el hecho de que en una misma estancia se desarrollen actividades diferentes.
Se puede subir a sus diferentes torres.
Pero lo mejor de la Alcazaba son las vistas que tendreis desde allí, no sólo de la ciudad sino también de las Murallas y del Cerro de San Cristóbal
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