Hace unos días vi esta estatua humana en medio de
la calle..¡Qué naranja ella!Me recuerda a una muñeca que tenía mi
hermana, cuando era pequeña.Olía a naranja y venía con una caja de
rotuladores de ese mismo olor...
¡Pobrecilla!Está tan quieta y mustia..
Yo no podría estarme tanto tiempo sin moverme del sitio....
Ciertamente, tienen un mérito especial esas gentes que
hacen teatro en la calle, cómicos o estatuas que se activan ,cuando les
echas una moneda.Parecen robots, con esos movimientos mecánicos..Lo de
los mimos es el Arte del Silencio...Con tan sólo mover una ceja, los
ojos o las mejillas expresan palabras, sentimientos..
Pocos artistas de la calle, mimos, estatuas, músicos,
salen de su escenario, para subir al que se merecerían. Hace falta
sensibilidad, generosidad y un ánimo del paseante dispuesto a detenerse,
a observar, a gozar de la magia que emanan cada uno de ellos...
No es poca la valentía de estos artistas que, quizá sin
demasiadas pretensiones, se atreven a darle color a la máscara que a
todos nos pesa, esperando una sonrisa,o tan sólo el brillo de
una mirada....
Por ello, cuando veo un mimo o una de estas estatuas en
la calle, me detengo a contemplarlos y trato de comprender esa pose,
ese gesto sin palabras que expresan tanto...