Teruel es la provincia aragonesa que menos visitas recibe y también la más deshabitada de toda la Comunidad lo que ha llevado a muchos a pensar que ni existe,pero Teruel es una provincia que te sorprenderá.
La mejor forma de descubrirla es recorrer sus calles a pie para ver sus rincones más bonitos.
Empezaremos por su Plaza del Torico, un símbolo de la ciudad.
Sus dos torres mudéjares;la de San Martín y el Salvador que fueron construidas por dos alarifes mudéjares que competían por el amor de la joven Zoraida.
Su catedral con su impresionante techumbre.
Los viaductos nuevo y viejo que unen las dos partes de la ciudad.
El acueducto romano
Su museo Provincial,fundamental para conocer la historia de la ciudad.
Es muy completo y gratuito.
Subid hasta la ultima planta para contemplar sus maravillosas vistas.
La escalinata , una construcción monumental para facilitar el acceso a la ciudad desde la estación.Sus elementos decorativos y arquitectónicos dan cuenta del Mudéjar y el Modernismo turolense.
Pero sobre todo, Teruel es la ciudad de los Amantes.Isabel y Diego dejaron una profunda huella de su historia de amor en la ciudad y muchos son los que vienen a Teruel a conocer su leyenda:
“En la ciudad de Teruel, a principios del siglo XIII, Juan Diego de Marcilla e Isabel de Segura dos jóvenes que se amaban desde que eran niños, fueron protagonistas de unos acontecimientos que quedaron grabados en la historia. Dado el intenso amor que ambos se profesaban, Diego la pidió en matrimonio.
Sin embargo y debido a las rencillas que padecían ambas familias, ya por rivalidad nobiliaria, ya por razones ideológicas religiosas en tiempos de conflictos judíos, el padre de Isabel se opuso enérgicamente al enlace, si bien dio la opción al pretendiente de que buscase fortuna, y en caso de conseguirla en un plazo de cinco años, daría su consentimiento al matrimonio.
Y Juan Diego de Marcilla partió a las Cruzadas tras la fortuna que lo llevaría a los brazos de su amada Isabel.
Pero mientras el joven batallaba contra el infiel, el padre de Isabel se enfrascó en la hacienda de buscar un marido conveniente para ella, hacienda que consiguió encontrando como pretendiente al potentado hermana del Señor de Albarracín, celebrándose el enlace en 1217, el mismo día en que Juan Diego regresaba de las Cruzadas.
Desalentado ante la noticia, Diego consiguió reunirse con Isabel y suplicarle un beso, al que ella se negó considerando el deber y respeto hacia su marido. Esta negación dio de lleno en el corazón del desengañado enamorado y como fulminado por un rayo, cayó inerte al suelo. Sus funerales se realizaron al día siguiente.
Isabel, desconsolada ante los acontecimientos y rota por la muerte de quién aún seguía amando, quiso regalarle el beso que antes le había negado y posó sus labios en los ya pétreos de su amor. En el mismo instante en que sus labios se unieron ella quedo desvanecida sobre el cadáver. Había muerto.
Los familiares, rendidos ante tal acontecimiento, realizaron el mismo día los funerales de ambos y fueron enterrados juntos"
Su mausoleo rinde homenaje a estos dos eternos amantes que por fin están juntos..
Sus momias descansan bajo estas esculturas, obra de Juan de Ávalos. donde lo más destacado son las dos manos que no llegan nunca a juntarse.
Que historia tan bonita
ResponderEliminarPreciosa historia de amor, me ha parecido muy interesante además es algo muy importante en Teruel
ResponderEliminarUnas esculturas maravillosas, en un entorno precioso, muy bien acondicionado para el disfrute de las bellas figuras, permite acercarse para apreciar, en detalle, el magnifico trabajo del escultor Juan de Avalos.
ResponderEliminarMuy interesante Teruel..
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