El belén gigante instalado en el atrio de la Catedral de Salamanca se ha convertido en uno de los iconos navideños más llamativos de la ciudad, tanto por sus dimensiones como por su ubicación privilegiada frente a la fachada catedralicia. Más que un simple recurso decorativo, funciona como una escenografía simbólica que da la bienvenida a vecinos y visitantes a la Navidad salmantina.
Un nacimiento de escala monumental
El belén está compuesto por un grupo de Natividad de gran formato, centrado en las figuras de José, María y el Niño Jesús, concebidas específicamente para el atrio de la Catedral por encargo del Ayuntamiento de Salamanca. Las figuras alcanzan más de 6 metros de altura, hasta el punto de que San José se eleva como un auténtico gigante frente a la piedra dorada de la Seo, lo que multiplica el impacto visual de la escena.
Situado en el atrio de la Catedral, el belén dialoga con la arquitectura histórica y con otros símbolos muy conocidos del templo, como el famoso “astronauta” de la portada, integrando tradición y guiños contemporáneos en un mismo espacio urbano. La monumentalidad del conjunto convierte la entrada de la Catedral en un escenario casi teatral, donde la Natividad parece emerger de la propia piedra plateresca para ocupar la plaza como si fuera una extensión del templo




No hay comentarios:
Publicar un comentario