Las hortensias, flores encantadoras,
con su esplendor y sus suaves tonos,
colorean el jardín con su elegancia,
y llenan de vida cada estación.
Sus pétalos suaves como terciopelo,
se abren en racimos en cada rincón,
en tonos de rosa, azul y morado,
capturando miradas con su pasión.
Bajo el sol radiante, bailan con gracia,
balanceándose suavemente al viento,
como corales en el mar que se abrazan,
reflejando la pureza en su aliento.
En primavera, despiertan del sueño,
con su fragancia dulce y embriagadora,
invitando a los corazones a soñar,
y a los poetas a escribir sus obras.
En verano, se alzan orgullosas,
cubriendo el jardín con su esplendor,
alegrando los días con su presencia,
y regalando amor a su alrededor.
Y cuando el otoño llega con su encanto,
las hortensias cambian su vestido,
transformándose en tonos dorados,
como tesoros de un jardín prohibido.
Las hortensias, hermosas y eternas,
con su delicadeza y su esplendor,
nos enseñan que en la sencillez,
se encuentra la verdadera belleza y valor.
Así, en cada rincón de la naturaleza,
las hortensias florecen con emoción,
recordándonos la belleza efímera,
y la importancia de amar con pasión.
Hermosas
ResponderEliminarHermosas
ResponderEliminar