lunes, 29 de diciembre de 2025

El Belén de plastilina de Cáceres, una joya artesanal de la Navidad extremeña

El Belén de plastilina de Cáceres se ha convertido en uno de los nacimientos más originales y entrañables de la Navidad extremeña, combinando tradición belenista con creatividad contemporánea. Situado en pleno casco histórico, atrae cada año a miles de visitantes de todas las edades, fascinados por la capacidad de la plastilina para contar, con humor y detalle, la historia del Nacimiento.


El Belén Monumental de Plastilina se expone en la Casa Palacio de los Becerra, sede de la Fundación Mercedes Calles y Carlos Ballestero, en la plaza de San Jorge de Cáceres. El proyecto está realizado por la Fundación Educa, de Valladolid, que utiliza plastilina escolar como único material visible para modelar un universo completo en miniatura.


Detrás de este nacimiento hay decenas de kilos de plastilina y cientos de figuras únicas, elaboradas a mano, que dan vida a personas, animales, edificios y paisajes. Cada personaje se construye sobre una pequeña estructura interior que permite dotarlo de expresividad y movimiento, aunque al espectador solo le llegue la textura suave y colorista de la plastilina.


A primera vista, el Belén de plastilina sorprende por su colorido y por la sensación de estar ante un gran escenario de cuento. Sin embargo, cuando el visitante se acerca descubre una cantidad inusual de detalles: puestos de mercado repletos de frutas y verduras, artesanos trabajando la madera o escenas domésticas llenas de humor.

​Visitar el Belén de plastilina de Cáceres es también una invitación a mirar la plastilina con otros ojos. Un material asociado al juego infantil se transforma aquí en un recurso artístico capaz de llenar salas enteras, sugerir historias y despertar la creatividad de quienes lo contemplan.



Niños y adultos se detienen a buscar pequeños gestos y escenas escondidas, como si se tratara de un juego de observación dentro de un museo en miniatura. De este modo, la visita se convierte en una experiencia participativa, donde cada mirada descubre un detalle distinto y donde la Navidad se narra, figura a figura, en un mosaico de color, humor y ternura.

Las figuras combinan las escenas tradicionales del Nacimiento —el Misterio, los Reyes Magos, la Anunciación o el castillo de Herodes— con guiños cotidianos y travesuras que invitan a sonreír. Entre ellas se pueden encontrar, por ejemplo, animales típicos extremeños o pequeños episodios cómicos, como un bebé que se resiste al baño o una comadreja robando huevos del gallinero.



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