Un Paseo por Cuenca

La ciudad de Cuenca posee un casco histórico digno de verse, además de muchos miradores que ofrecen una vista privilegiada de la Sierra y su paisaje rocoso.

Las Casas colgadas son el símbolo de la ciudad.Realizadas en mampostería, se asoman al río desde sus balcones de madera sobre el acantilado.

Para verlas de frente debeis cruzar un puente estrechito..

Sólo hay tres que pueden visitarse por dentro, una de ellas es la que contiene el Museo de Arte Abstracto de la Ciudad

Otras viviendas de tipo popular son los rascacielos del Barrio de San Martín.Tienen entre cuatro y cinco plantas de altura y parecen que asomasen sobre la misma montaña.

Y terminamos con las casitas de colores que encontrareis por la Plaza Mayor y todo el centro de Cuenca..

La Catedral de Santa María y San Julián de estilo gótico normando.

Sorprende su preciosa fachada, que por cierto se derrumbó y tuvo que ser reconstruida en el siglo XX..

Cuenca también contaba con un castillo, del que sólo se conserva parte de sus murallas..

Podeis subir a ellas y ver la ciudad desde allí.

Cuenca es pequeñita y en un día la podeis recorrer perfectamente.

Nuestra visita se completó con una excursión a la Ciudad Encantada, de la que ya os hablaré próximamente y  una paradita en el Ventano del Diablo, un mirador excavado de forma natural en la roca que ofrece unas vistas increíbles a la hoz del Júcar y al entorno de la Sierra de Cuenca.

La tradición popular atribuía la existencia de este mirador tan espectacular a la acción del diablo.Desde esta peña hueca y abovedada como un enorme cráneo, el diablo organizaba sesiones de brujería y empujaba al abismo a todo aquel que se asomara por los balcones abiertos al vacío.

A 200 metros bajo nuestros pies serpentea el río Júcar de aguas verdeazuladas, limpias y frías, formando pozas en las que viven truchas y mirlos acuáticos.