De pequeña, recuerdo haber tenido un botijo en mi casa, que nos
refrescaba las calurosas tardes de verano.Era el típico botijo de barro,
que colgaba de la cocina y aunque su aspecto externo no era nada del
otro mundo, todos lo buscabamos para saciar la sed.Incluso había peleas ,
entre nosotros, para cogerlo antes...Un buen día, el botijo cayó al
suelo inesperadamente y se rompió..Desde entonces, ningún otro
utensilio volvió a ocupar su lugar en la cocina...
Ya casi había olvidado nuestro botijo hasta que el sábado pasado ví una casa toda llena de estos cántaros
Debe ser un coleccionista de botijos, a merced de la cantidad de ellos que colgaban de su fachada.
Hoy el botijo es un invento que nadie usa.LLegó el frigorifico y con
él , la posibilidad de enfriar las bebidas y conservar los alimentos de
una forma cómoda y muy práctica, pero el botijo, como tal tiene muchos
siglos de historia. Se cree que fue en la Prehistoria, cuando los
primeros hombres utilizaron huevos de avestruz a modo de botijos.Otros
sitúan su origen en la antigua Mesopotomia.
Los períodos de máximo esplendor para los botijos fueron: la Edad del
Bronce en el Mediterráneo, la Grecia helenística, el resurgimiento del
botijo a finales de la Edad Media, el estallido de los siglos XVII y
XVIII, la gran producción del primer tercio del siglo XX y, finalmente,
la decadencia de la segunda mitad de este mismo siglo.
¿Sabíais que la palabra "botijo" viene del latín tardío
"buttis"(odre)? De este mismo derivan también "bota" (la de beber),
"botija" y, finalmente, "botella".
Si os gustan los botijos y conocer sus variedades, deciros que hay un
Museo del Botijo en Toral del Guzames y otro de
cántaros en Argentona
Ya casi no se ven botijos.Únicamente los hay en tiendas de cerámica y
alfarería típicas o te tienes que ir a los pueblos.Y es que con el
tiempo,se ha convertido en un objeto ornamental de la España
tradicional.¡Qué pena!Me gustaría seguir viendo más botijos en mis
viajes y recordar viejos tiempos...