El Museo del Vino de Almonte

En Almonte encontrareis un lugar donde el vino es el verdadero protagonista ¿Dónde?En El Museo del Vino; un espacio para la promoción y divulgación de la larga tradición vinícola de nuestra tierra.
Este Museo se ubica en el interior de un conjunto bodeguero de finales del Siglo XIX recientemente rehabilitado.Una rehabilitación que ha conseguido recuperar uno de los espacios arquitéctonicos más emblemáticos de Almonte.

 

La visita del Museo nos ofrece la posibilidad de realizar una ruta interpretativa  a través de la antigua bodega y descubrir los secretos que en ella se esconden.

Recorriendo los principales espacios se pueden contemplar antiguas piezas como balanzas, prensas, hornos y toneles para la conservación del vino..

 

Lo que más me gusto fueron estas antiguas barricas..

En total teneis 10 sectores para visitar desde el cultivo de la vid donde vereis una cepa como esta

hasta la posibilidad de catar los diferentes aromas que puede tener el vino

Las variedades de vino de la localidad..

y descubrir los secretos del enólogo en un laboratorio real donde se elaboran los vinos..

Al final de la visita os darán una copita gratis para que  probeis el vino..

El racimo de uvas

Un labrador fue un día a trabajar en su viña y en una de las cepas encontró un hermoso racimo de uvas ya maduro. Era grande y muy apetitoso y lo cortó pensando llevárselo a su mujer para que se lo comiera.

Muy contenta se puso su mujer cuando vio el racimo de uvas tan hermoso y lo guardó cuidadosamente, después de agradecer a su marido el detalle que había tenido.

Al día siguiente vio la madre que su hija pequeña estaba jugando y pensó que la niña disfrutaría mucho si comiese aquellas uvas y, cogiendo el racimo, se lo dio.

La niña se acordó de su hermano, que estaba ayudando a su padre en las tareas de la granja y pensó que su hermano tendría mucha sed y podría descansar un poco mientras se comía el racimo y fue a buscar a su hermano y se lo dio.

Recogió el muchacho el racimo con una sonrisa y ya iba a comer la primera uva cuando pensó que en aquellos momentos su padre estaría trabajando fatigosamente y supuso que encontraría un gran placer al refrescarse con el jugo de aquellas uvas. Tomó el racimo y se fue al lugar donde trabajaba su padre, al que obsequió con el racimo de uvas.

El padre adivinó lo que había pasado y se llenó de alegría al ver el cariño que había en su familia.

Aquel mismo día, a la hora de comer y cuando toda la familia estaba alrededor de la mesa, sacó el racimo y lo comieron entre todos.