Este titiritero que os traigo lo ví hace unos días en Córdoba.Estaba en una esquina de la calle mostrando a todos los que se acercaban su particular visión de la vida...
En la escena un violinista alegraba el ánimo de un campesino, que se sentía triste, porque no lograba sacar adelante su cosecha...
Me recuerda un poco a la película "El violinista en el tejado", una historia de amor, esperanza y aceptación de la vida.Una historia muy simple, pero llena de ternura y poesía...
Una muestra más del teatro tradicional que tiene en cada calle uno de sus mejores escenarios y que esperemos que no desaparezca, o por lo menos no del todo y que en cualquier esquina o plaza todavía puedan verse estos muñecos moverse al ritmo de la magia y la imaginación...
Hay detalles que no debemos dejar que se pierdan, como esto, saludos.
ResponderEliminarMe encantan los titeres y las marionetas.Es una forma muy bonita de contarle historias a los niños...
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