En la Calle Mosqueta de la capital Hispalense junto a la Puerta de Carmona y la Calle San Esteban hay una antigua granada o bomba incrustada en la pared de una casa.
Oxidada y sin carga, permanece allí desde hace dos siglos y es un recuerdo del bombardeo que sufrió la ciudad en 1843 a manos de Espartero y el General Van Halen.
En la contienda Espartero fue declarado traidor y huyó al extranjero, mientras Sevilla quedó invicta , algo que aparece representado por una corona de laurel en el escudo de la ciudad.
Un recuerdo de aquellos días que ha pasado a los anales de la historia de Sevilla.
Muy interesante
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