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miércoles, 19 de junio de 2024

La Máquina de los recuerdos

 En una pequeña y antigua casa en las afueras de un pueblo, había una máquina de coser vieja y polvorienta, llamada Alma. Era una Singer de hierro fundido, con detalles dorados y una rueda que giraba con un susurro suave cuando alguien la accionaba. Alma había estado en la familia por generaciones, y ahora descansaba olvidada en una esquina del ático, cubierta de telarañas y recuerdos.

Un día, Clara, la bisnieta de la primera dueña de Alma, decidió explorar el ático en busca de tesoros escondidos. Clara siempre había tenido una curiosidad insaciable por las cosas antiguas. Al abrir el baúl donde estaba Alma, una nube de polvo se levantó, y Clara tosió mientras apartaba la tela que cubría la máquina de coser.

—¡Wow! ¡Mira esto, mamá! —exclamó Clara, llamando a su madre, Marta.

Marta subió al ático y, al ver la máquina, sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Esa era de mi abuela. Pasaba horas cosiendo con ella —dijo Marta con voz suave—. Me contó tantas historias sobre las prendas que hizo con esta máquina...

Clara, intrigada por la historia de su familia, decidió que quería aprender a coser con Alma. Marta y Clara limpiaron la máquina, engrasaron las partes móviles y buscaron un manual viejo que explicaba cómo usarla. Con paciencia y dedicación, Marta le enseñó a Clara los secretos del arte de la costura.

Pronto, la casa se llenó de vida y color. Alma, que había estado en silencio durante años, ahora vibraba con cada puntada que Clara daba. La vieja máquina volvía a ser el centro de creatividad y unión familiar. Clara confeccionaba vestidos, cojines y hasta muñecos de tela. Cada puntada era un vínculo más fuerte con sus antepasados.

Un día, Clara decidió participar en la feria local de artesanía con sus creaciones. La feria era un evento importante en el pueblo, y la gente se mostraba entusiasmada por ver los trabajos artesanales. Clara exhibió sus piezas y contó la historia de Alma a todos los que se acercaban. La máquina de coser se convirtió en una estrella de la feria, atrayendo a personas que recordaban haber visto máquinas similares en sus propias familias.

Al final del día, Clara ganó el primer premio por su trabajo y su historia. Pero más importante que el premio, fue la conexión que Clara había forjado con su pasado y el orgullo de continuar el legado de su familia.

Desde entonces, Alma nunca volvió al ático. Permaneció en un lugar especial en el taller de Clara, donde cada nuevo proyecto comenzaba con un susurro suave y rítmico. Y aunque Alma era una máquina vieja de coser, en realidad, era mucho más: era un puente entre generaciones, una guardiana de historias y una fuente inagotable de inspiración y amor.

lunes, 15 de abril de 2024

Tarde entre amapolas

En un pequeño pueblo rodeado de campos dorados y colinas ondulantes, florecían las amapolas como pinceladas de rojo intenso sobre un lienzo verde. En el corazón de este encantador lugar, justo al borde de un camino de tierra que serpenteba entre las flores, se alzaba un banco de madera tallada con esmero.

Este banco, viejo y resistente, era el lugar favorito de la abuela Clara. Cada mañana, antes de que el sol pintara el cielo de tonos cálidos, ella se sentaba en ese banco con una taza de té humeante y observaba cómo las amapolas saludaban al nuevo día. Para Clara, ese banco era mucho más que un simple asiento; era su refugio, su lugar de paz y reflexión.

Un día, mientras Clara disfrutaba de la suave brisa y el dulce aroma de las amapolas, un joven llamado Diego llegó al pueblo. Con una mochila al hombro y un corazón lleno de sueños, buscaba un lugar donde encontrar inspiración para escribir sus poesías.

Las amapolas, con sus pétalos de fuego, capturaron la atención de Diego desde el primer momento. Sin dudarlo, se acercó al banco donde Clara reposaba y le pidió permiso para sentarse a su lado. Clara, con una sonrisa amable, le dio la bienvenida, y pronto ambos comenzaron a conversar.

Diego compartió sus sueños de poesía y sus anhelos de explorar el mundo, mientras Clara le hablaba de las historias del pueblo y de las lecciones que había aprendido a lo largo de los años. Entre risas y suspiros, descubrieron que tenían más en común de lo que imaginaban, y una amistad floreció entre ellos como las amapolas en primavera.

Los días pasaron y cada mañana, Clara y Diego se reunían en el banco junto a las amapolas. Hablaban de amor, de sueños, de esperanzas, mientras el sol ascendía en el cielo y las sombras danzaban entre los campos dorados.

Con el tiempo, Diego encontró la inspiración que buscaba en las palabras de Clara y en la belleza de las amapolas. Escribió poemas que hablaban del amor, del paso del tiempo y de la magia de los momentos compartidos.

Y aunque el destino los separó cuando Diego continuó su viaje en busca de nuevas aventuras, el recuerdo de aquellos días en el banco junto a las amapolas perduró en su corazón como un tesoro invaluable. Porque en ese pequeño pueblo, entre los campos dorados y las flores de fuego, encontró algo más que inspiración: encontró un lugar donde el tiempo se detenía y los sueños cobraban vida.

domingo, 4 de junio de 2023

El viaje de Sunny: un cubo en la playa

Érase una vez un cubo de plástico  llamado Sunny. Vivía en una pequeña caja de juguetes en una casa cerca de la playa. Aunque Sunny siempre había soñado con explorar el mundo exterior, nunca había tenido la oportunidad de hacerlo. Su mayor deseo era sentir la arena suave y el agua salada del océano.

Un día soleado, la familia que vivía en la casa decidió hacer un viaje a la playa. Todos los juguetes de la caja fueron empacados en una canasta, incluido Sunny. La emoción se apoderó de él cuando escuchó el sonido de las olas y el aroma fresco del mar.

Cuando llegaron a la playa, la familia desplegó las toallas y comenzó a disfrutar del cálido sol. Sunny, ansioso por vivir su aventura, rodó fuera de la canasta y se deslizó por la suave arena. Saltó de alegría mientras observaba a los niños construir castillos de arena y saltar las olas.

Decidido a unirse a la diversión, Sunny se acercó a un niño llamado Lucas y le hizo una pregunta: "¡Hola, Lucas! ¿Te gustaría construir un castillo de arena juntos?" Lucas, sorprendido de escuchar una voz proveniente de un cubo, sonrió y aceptó encantado.

Así comenzó una amistad entre Sunny y Lucas. Juntos, construyeron un magnífico castillo de arena. Sunny se llenó de alegría al ver cómo las conchas marinas y las algas se convertían en adornos preciosos para su creación.

Después de un rato, Sunny y Lucas decidieron aventurarse al agua. Lucas sujetó a Sunny con cuidado mientras caminaban hacia las olas. El cubo amarillo flotaba en el agua y reía de alegría cada vez que una ola lo salpicaba.

Sunny descubrió que el mar era un lugar fascinante. Nadó junto a los peces y se maravilló con la variedad de colores que encontraba bajo el agua. Disfrutó cada segundo y agradeció a Lucas por hacer realidad su sueño de explorar la playa.

Cuando el día llegó a su fin y la familia se preparaba para irse, Sunny se despidió de Lucas y le agradeció por la aventura inolvidable. Regresó a la caja de juguetes con una historia emocionante para contarles a sus amigos.

Desde ese día, Sunny nunca dejó de soñar con nuevas aventuras. Aunque estaba en su caja, siempre recordaba su tiempo en la playa y sabía que, tarde o temprano, volvería a sentir la arena entre sus esquinas y el abrazo cálido del mar.

miércoles, 22 de marzo de 2023

Fresas y bicicletas

En Huelva, una hermosa ciudad del sur de España, se encontraba una plantación de fresas muy conocida en la zona. Durante la temporada de fresas, muchos turistas y lugareños visitaban la plantación para recoger fresas frescas y deliciosas.


Un día, un grupo de ciclistas se detuvo en la plantación para descansar y reponer energías. Mientras estaban allí, se dieron cuenta de que las fresas de la plantación parecían especialmente jugosas y apetitosas, por lo que decidieron probarlas.

Uno de los ciclistas, llamado Paco, tomó una fresa y se la llevó a la boca. El sabor dulce y jugoso lo sorprendió tanto que decidió recolectar algunas fresas más para compartir con sus compañeros de ciclismo.

Los demás ciclistas probaron las fresas y también se quedaron impresionados por su sabor delicioso y auténtico. Después de recoger suficientes fresas para satisfacer su hambre, los ciclistas se montaron en sus bicicletas y continuaron su recorrido.


Sin embargo, Paco no pudo dejar de pensar en las fresas que había probado en la plantación. Al día siguiente, regresó a la plantación para comprar más fresas y llevarlas a su casa.


Desde ese día en adelante, Paco se convirtió en un cliente habitual de la plantación de fresas en Huelva. Cada vez que iba en bicicleta por la zona, hacía una parada en la plantación para comprar algunas de las mejores fresas que había probado jamás.

Y así, la fama de la plantación de fresas en Huelva se extendió no solo entre los locales y los turistas, sino también entre los ciclistas que recorrían la zona. La plantación de fresas de Huelva se convirtió en un destino popular para aquellos que buscaban un bocado dulce y delicioso mientras disfrutaban de un agradable paseo en bicicleta.

jueves, 2 de febrero de 2023

Por San Blas las cigüeñas verás..y esta vez nos traen un cuento

Ya están aquí las cigüeñas, aunque hay muchas que ni siquiera se han ido.El aumento de la temperatura provocado por el cambio climático hace que cada vez veamos más cigüeñas en las ciudades y los pueblos y opten por no migrar a África..




Este año las cigüeñas nos traen un cuento..A ver si os gusta..

En un hermoso valle rodeado de árboles y ríos cristalinos, vivía una pequeña colonia de cigüeñas. Era un lugar tranquilo y pacífico, donde las cigüeñas podían volar libremente y construir sus nidos en los árboles.

Entre todas las cigüeñas, había una joven llamada Luna, quien siempre había soñado con conocer el mundo más allá de su valle. Un día, tomó la decisión de dejar su hogar y comenzar un gran viaje para descubrir nuevos lugares y conocer nuevas aves.

Luna voló durante días y noches, sobre montañas y océanos, y finalmente llegó a un gran ciudad. Allí, descubrió que las cigüeñas no eran bienvenidas, ya que los humanos las veían como una plaga y las cazaban. Luna se sintió triste y sola, pero no se rindió.

Con su valentía y determinación, Luna comenzó a hablar con los humanos y a mostrarles las maravillas de su especie. Les enseñó cómo las cigüeñas ayudaban a controlar las plagas y cómo eran importantes para el equilibrio ecológico. Poco a poco, los humanos comenzaron a cambiar su actitud hacia las cigüeñas y a respetarlas.

Luna se convirtió en una heroína para las cigüeñas y los humanos, y su valentía inspiró a otras aves a unirse a ella en su lucha por la paz y el respeto entre especies.

Finalmente, Luna regresó a su valle, donde fue recibida con alegría por sus amigos y familiares. Ahí, continuó trabajando para lograr un mundo mejor, donde todas las especies pudieran vivir en armonía.

Y así, la pequeña cigüeña Luna se convirtió en un símbolo de esperanza y valentía para todos los seres vivos del mundo.

martes, 16 de diciembre de 2014

Blancanieves y su castillo de Chocolate

¿Os gustaría vivir en un Castillo hecho de chocolate?No sé..Yo creo que me comería las paredes y hasta las puertas. Pues gracias a la magia de la Navidad y a la Estepeña , Blancanieves tiene su propio castillo fabricado con este delicioso manjar.


Y también la madrastra


y los enanitos..

Toda una recreación del cuento de "Blancanieves y los siete enanitos" con azúcar, cacao, miel y frutos secos..

Lo teneis en la Fundación Cajasol en la Plaza de San Francisco(Sevilla) hasta el 5 de enero en horario de 11 a 21 horas

domingo, 17 de agosto de 2014

La Princesa de las Sandias

Hace cinco mil años, a orillas del río Nilo en África, vivió una princesa que disfrutaba del clima cálido y del paisaje mientras comía toda clase de frutas. Como ya las había probado todas, ninguna le causaba sorpresa.

En una ocasión, un príncipe que había viajado por muchos poblados y desiertos quiso agradarla y le obsequió una fruta grande, jugosa y dulce: la sandía.

La princesa quedó fascinada con su exquisito sabor y le ofreció muchas joyas al príncipe a cambio de las semillas, para sembrarlas a orillas del río. Como esa región tenía un clima seco, la sandía pronto llegó a ser muy apreciada por la cantidad de agua que tenía y alcanzó gran popularidad en las poblaciones cercanas.

A la joven se le llamó la Princesa de las Sandías por la prosperidad que la fruta le dio a su país. Desde entonces, la tradición era regalar sandías cuando se deseaba agradar a alguien, o para eventos importantes.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Las dos gallinas

Hace unos días estuve viendo muchas gallinitas en una Feria y aprovecho la ocasión para contaros un cuento sobre gallinas acompañándolo de algunas fotos de las mismas..


¡Figúrate!, Dos gallinas se pelearon por un grano de semilla y fueron corriendo a quejarse al gallo.

-¡Traedme el grano!- ordeno el gallo.
Las gallinas obedecieron, el gallo dio un rápido picotazo y el grano desapareció.

-¡No es justo! – gritaron las gallinas, y se fueron hacia el interior del bosque para decírselo a la zorra.
- ¡Traedme el gallo! Dijo la zorra, relamiéndose-. ¡Es sin duda más gordo que vosotras y el grano que ha engullido no le servirá para nada!
Las gallinas regresaron y atrajeron al gallo hacia el bosque. Con dos o tres golpes de mandíbula de la zorra el gallo desapareció.
-¡No es justo!- farfullaron las gallinas, y fueron corriendo a quejarse al lobo.
- ¡Traedme la zorra!- gruño el lobo.
Las gallinas atrajeron a la zorra hasta la cueva del lobo. El lobo mordió y mastico unas cuantas veces y la zorra desapareció.

- ¡No es justo! Cacarearon las gallinas y fueron al encuentro del oso.
-Nos hemos peleado por un grano de semilla y el gallo se lo ha comido. La zorra se ha tragado al gallo y el lobo se ha comido a la zorra. ¡Es realmente injusto!- se quejaron las gallinas.
-¡Traedme al lobo!- refunfuño el oso. Y en un par de bocados el lobo acabo en su panza-. Y ahora desapareced antes de que os coma a vosotras también- amenazo el oso. Y estas huyeron lo mas rápidamente que pudieron.

lunes, 29 de julio de 2013

La conchita viajera

Esta es la historia de una conchita que desde pequeña soñaba con llegar hasta el inmenso océano. Cada mañana se ponía en la orilla para ser arrastrada por el mar con la única esperanza de que una ola la empujara bien adentro y pudiera ser llevada por las corrientes marinas.
Muchos le advirtieron de su temeridad, pero ella seguía obcecada con su idea y aunque el mar la vapuleaba una y otra vez, allí estaba ella dispuesta a surcar los mares del Sur si hiciera falta..


Una tarde de verano, algo desapacible,  una fuerte tormenta sorprendió a conchita en la orilla .Llovía y llovía, pero ella seguía allí impasible..De repente, una ola inmensa se la tragó y nadie volvió a verla...Muchos la buscaron, pero nunca la encontraron..

¿Qué habrá sido de ella..?Buscadla por vuestra playa, a lo mejor hasta la veis...
FELIZ VERANO A TOD@S

domingo, 17 de marzo de 2013

El sueño de la oruga

 

Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes:
- ¿Hacia dónde te diriges?, le preguntó.
Sin dejar de caminar, la oruga contestó:
- Tuve un sueño anoche; soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.
Sorprendido, el saltamontes dijo, mientras su amigo se alejaba:
- ¡Debes estar loco!, ¿Cómo podrías llegar hasta aquel lugar?
- !Tú, una simple oruga!. Una piedra será para ti una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.
Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse.
La oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir de su sueño!
-¡No lo lograrás jamas! - le dijeron -, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.
Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar:
- Estaré mejor, fue lo último que dijo, y murió.
Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal mas loco del pueblo.
Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió "por querer realizar un sueño irrealizable".
Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una ADVERTENCIA PARA LOS ATREVIDOS. De pronto quedaron atónitos.
Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas  de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: UNA MARIPOSA.
No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría:se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.
"Todos se habían equivocado". Dios no nos hubiera dado la posibilidad de soñar, si no nos hubiera dado la oportunidad de hacer realidad nuestros sueños...
Si tienes un sueño, vive por él, intenta alcanzarlo, pon la vida en ello y si te das cuenta que no puedes, quizá necesites hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en tu vida y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y circunstancias distintas: !!LO LOGRARAS!!!!
LUCHA CON TODAS TUS FUERZAS POR LO QUE DESEAS Y EL ÉXITO EN LA VIDA NO SE MIDE POR LO QUE HAS LOGRADO, SINO POR LOS OBSTÁCULOS QUE HAS TENIDO QUE ENFRENTAR EN EL CAMINO.
ALCANZARAS TUS SUEÑOS. NO IMPORTA LAS VECES QUE LO INTENTES SIGUE HASTA EL FINAL

miércoles, 6 de marzo de 2013

El Árbol eterno


Erase una vez hace muchos años, muchísimos años, un arbolillo que crecía en el bosque.A medida que se iba haciendo alto y fuerte empezó a tomar conciencia de la inmensidad del cielo que se abría sobre su copa.Observó también el vaivén de las nubes en su viaje incesante por el cielo.Por último se fijó en los pájaros que revoloteaban en lo alto.El cielo, las nubes, los pájaros..Daba la sensación de que todos vivían eternamente.Conforme se hacía mayor, el árbol se iba convenciendo de que eran en efecto seres eternos y llegó un momento en el que sintió el deseo de vivir para siempre.
Un buen  día , un guardabosque paseaba por al floresta.El hombre de gesto amable, notó enseguida que el joven árbol no era del todo feliz.
Dime arbolillo¿Qué te ocurre?-le preguntó

El árbol que al principio se sentía un tanto reacio a compartir su secreto, terminó por sincerarse con el guardabosques.
Me gustaría vivir para siempre-Le dijo
Pues quizás sea ese tu destino-le contestó el guardabosques-¿Quién te ha dicho a ti que no vaya a serlo?
Pasaron los días y los meses y una vez mas, el hombre de mirada amable se acercó al árbol, que lejos ya de ser un pequeño arbolillo , se había convertido en un árbol alto y robusto
¿Todavía quieres vivir para siempre?-le preguntó
Así es-le contestó el árbol de inmediato
Pues creo que puedo ayudarte--pero antes debes darme tu consentimiento para que te tale
El árbol atónito replicó..
Te digo que quiero vivir para siempre y a ti sólo se te ocurre talarme. Estás bromeando¿verdad?
Ya sé que dicho así, a bote pronto, parece una locura, pero si confías en mi, te prometo que tu deseo se hará realidad
Despúes de darle muchas muchísimas vueltas al asunto, el árbol dio su consentimiento.El guardabosques volvió con una enorme y afilada hacha y lo talo.Su esencia se derramó y se perdió en el bosque.La tierna madera fue cortada entonces en tablillas, que a continuación fueron prensadas, modeladas y limadas y por ultimo recubiertas de una asfixiante capa de barniz.El árbol lloraba para sus adentros, tal era su angustia y su dolor.Ya no había escapatoria, pensaba, así que se encomendó a las manos del artesano perdiendo toda esperanza de convertirse en un ser eterno.
El artesano hizo de él un hermosos violín, que permaneció intacto en su funda durante años.A menudo, el árbol recordaba con nostalgia sus años de juventud en el bosque y sentía entonces una inmensa tristeza.Menuda idiota que había sido, dejándose engañar por el hacha de un guardabosques¿Como había podido ser tan ingenuo como para pensar que de esa forma viviría para siempre?

Pero un día el violín fue sacado de su estuche y acariciado con amor por unas manos desconocidas.El árbol contuvo la respiración y le temblaron hasta las vetas cuando un suave arco le acaricio el pecho.Pronto sus temblores se convirtieron en un sonido puro y melodioso que le recordó el sonido del viento entre los pájaros en el cielo azul.
Un sonido puro.Unas notas puras y limpias.Era sin duda, la música de la eternidad.
Mi esencia se ha convertido en música-suspiro el árbol-El guardabosques tenía razón.
A partir de ese momento, su música empezó a resonar en los corazones de quienes lo escuchaban.Cuando sus notas melodiosas hubieron alcanzado todos los corazones del mundo, el árbol atravesó las puertas de la eternidad y se convirtió, el también, en un árbol eterno.

lunes, 25 de febrero de 2013

La casita y el molino de viento


Hoy os traigo un cuento de Andersen que habla sobre molinos de viento, porque donde menos te lo esperes puedes encontrarte con uno..Han llegado a forman parte de nuestro paisaje y estamos acostumbrados a convivir con su presencia..
En la cima del cerro había un molino de viento, de altivo aspecto; y la verdad es que se sentía muy orgulloso.
-No es que sea orgulloso -decía-, lo que sí soy muy ilustrado, por fuera y por dentro. Tengo el sol y la luna para mi uso externo y también interno, y además dispongo de velas de estearina, lámparas de aceite y bujías de sebo. Bien puedo decir que soy un molino de luces; un ser inteligente y tan perfecto, que da gusto. Tengo en el pecho una rueda, y cuatro alas dispuestas sobre la cabeza, inmediatamente debajo del sombrero. Las aves, en cambio, poseen sólo dos, y las llevan en la espalda. De nacimiento soy holandés, bien se nota por mi figura; un holandés volante que, como no ignoro, figura entre los seres sobrenaturales, y, con todo, soy perfectamente natural. Tengo una galería alrededor del estómago y una vivienda en la parte inferior; en ella habitan mis pensamientos. Al más fuerte de ellos, el que manda y domina, lo llaman los demás «el molinero». Ése sabe lo que se trae entre manos, y está muy por encima de la harina y la sémola; sin embargo, tiene a su compañera, la «molinera». Ella es el corazón; no corre sin ton ni son de un lado para otro, pues también ella sabe lo que quiere y lo que puede; es suave como una leve brisa, y fuerte como un vendaval; es prudente y logra imponer su voluntad. Es mi sentido de la suavidad, el padre es el de la dureza. Aunque son dos, forman una sola persona, y entre ellos se llaman «mi mitad». Tienen hijos: pequeños pensamientos que crecerán. ¡Cuántas diabluras cometen los rapaces! No hace mucho me sentía deprimido e hice que el padre y sus oficiales examinasen mi mecanismo y la rueda que tengo en el pecho; quería saber lo que me ocurría, pues algo en mí no marchaba como debiera, y conviene vigilarse; los pequeñuelos metieron un ruido infernal, cosa muy enfadosa cuando se vive en la cumbre de una colina. Hay que contar con que todos te ven, y no se debe despreciar la opinión pública. Pero, como iba diciendo, los chiquillos cometieron una de travesuras... El más chiquitín se me subió sobre el sombrero, y armó tal alboroto que me daba cosquillas. Los pensamientos chicos pueden crecer, lo sé por experiencia. Y de fuera vienen también pensamientos, y no precisamente de mi linaje, pues no veo a ningún pariente en todo lo que alcanza mi vista; estoy sólo. Pero las casas sin alas, donde no se oye el girar de la rueda, tienen también pensamientos que vienen a reunirse con los míos y se enamoran unos de otros, como suele decirse. Es bien asombroso. ¡La de cosas extrañas que hay en el mundo! No sé si me ha venido de dentro o de fuera, pero el hecho es que ha habido un cambio en mi mecanismo. Es algo así como si el padre hubiese cambiado su mitad, como si hubiera venido un sentido más dulce aún, una compañera más amorosa, joven y buena y, sin embargo, la misma, pero más dulce y más piadosa a medida que pasa el tiempo. Lo amargo se ha evaporado; el conjunto resulta muy agradable. Van y vienen los días, cada vez más claros y alegres, hasta que -sí, dicho y escrito está- llegará uno en que todo habrá terminado para mí, aunque no del todo. Me derribarán para reconstruirme, nuevo y mejor. Desapareceré, pero seguiré viviendo. Seré distinto y, no obstante, seré el mismo. Esto me resulta muy difícil de comprender, pese a toda mi ilustración y a que me iluminan el sol, la luna, la estearina, el aceite y el sebo. Mis viejas paredes y habitaciones volverán a alzarse de entre los escombros. Espero que conservaré mis antiguos pensamientos: el molinero, la madre, los mayores y los chicos, la familia, como los llamo en conjunto, uno y, sin embargo, tantos, todo el conjunto de pensamientos, que ya me es imprescindible. Y tengo que seguir también siendo yo mismo, con la rueda en el pecho, las alas sobre la cabeza, la galería en torno al estómago; de otro modo no me reconocería, y tampoco me reconocerían los demás, y no podrían decir: «Ahí tenemos el molino en la colina, tan apuesto pero nada orgulloso».


Todo esto dijo el molino, y muchas cosas más; pero lo más importante es lo que hemos apuntado.

Y vinieron los días y se fueron, hasta que llegó el último. Estalló un incendio en el molino; se elevaron las llamas, proyectándose hacia fuera y hacia dentro, lamiendo las vigas y planchas y devorándolas. Se desplomó el edificio, y no quedó de él más que un montón de cenizas. De él se levantaba una columna de humo, que el viento dispersó.

Lo que de vivo había en el molino, vivo quedó, y, en vez de sufrir daños, más bien salió ganando.

viernes, 8 de febrero de 2013

Caminando entre la niebla


Eran las cuatro de la madrugada, el taxi marchaba muy lentamente debido a la espesa niebla que envolvía la carretera de Zamora. Las ganas de dormir volvían a atacarme cuando el auto se detuvo.- Bueno! Hasta aquí llego yo - dijo el taxista - Tengo que volver para dormir algunas horas antes de que empiece de nuevo mi turno, fue lo que acordamos.Le dije que como mucho podía arrimarlo hasta aquí -


Bajé del auto un poco confundido, no recordaba haber aceptado dicha condición.Por educación no quise discutir con el taxista, le pagué y un instante después sus luces fueron devoradas por la niebla. Me acomodé la mochila que era mi único equipaje y avancé entre aquella bruma densa y sofocante.Apenas se veían los chopos a lo lejos.

Iba a visitar por primera vez a unos parientes que viven en un pueblecito zamorano.Como única dirección me indicaron la ruta y el número del mojón que está frente a la casa.Hacia donde mirara solo veía niebla, y a duras penas veía la carretera bajo mis pies. Seguía caminando entre aquella nube cuando escuché un golpe fuerte a un lado de la carretera, lo siguieron otros golpes mas suaves, eran sonidos metálicos. Luego se escuchó un largo rechinar, que me hizo deducir que habían forzado y abierto un portón o una reja. La niebla se abrió casi como se abre un telón, y pude ver de donde venían los ruidos. Resultó que estaba frente a la entrada de un cementerio, el portón de rejas estaba abierto, y por el salían caminando los muertos. Una multitud de cadáveres avanzaba hacia mi. Algunos estaban tan podridos que se desbarataban y caían pero seguían avanzando a rastras. Estaba a punto de correr cuando sentí una mano en el hombro.- Ya llegamos, ese es el número de mojón que usted me indicó - dijo el taxista.Me había dormido, y mi caminata entre la niebla, el cementerio, y los muertos.Sólo fue una pesadilla. La casa de mis parientes estaba justo frente al mojón.Apenas bajé del taxi salieron a recibirme.

viernes, 24 de agosto de 2012

La vieja herradura

Dicen que encontrarse una herradura es buena suerte. No sé si será cierto o no, pero la herradura que vi,  estaba colgada en el tronco de un árbol y estaba algo oxidada por el uso...

La herradura era un talismán poderoso en todas las épocas y en todos los países en los que existía el caballo. Aunque los griegos introdujeron la herradura en la cultura occidental en el siglo IV, y la consideraban como símbolo de buena suerte, la leyenda atribuye a San Dunstan el haber otorgado a la herradura, colgada sobre la puerta de una casa, un poder especial contra el mal.

 Según la tradición, Dunstan, herrero de profesión pero que llegaría a ser arzobispo de Canterbury en el año 959, recibió un día la visita de un hombre que le pidió unas herraduras para sus pies, unos pies de forma sospechosamente parecida a pezuñas. Dunstan reconoció inmediatamente a Satanás en su cliente, y explicó que, para realizar su tarea, era forzoso encadenar al hombre a la pared.
 Deliberadamente, el santo procuró que su trabajo resultara tan doloroso, que el diablo encadenado le pidió repetidamente misericordia. Dunstan se negó a soltarlo hasta que el diablo juró solemnemente no entrar nunca en una casa donde hubiera una herradura colgada sobre la puerta.

Tradicionalmente se creía que las herraduras que otorgaban más suerte eran la de los borricos, porque tienen siete agujeros, un número mágico por excelencia.A esta no se le ven muy bien los agujeros, pero debía de tener 6 o 7.

He visto herraduras colgadas en las puertas, sobre todo en casas de campo y ahora entiendo su significado.Una buena manera de asegurar la buena suerte y la prosperidad de la familia, aunque ya se sabe unos creen en ello y para otros son simples supersticiones...

¿Y vosotros qué pensais?¿Habeis visto muchas herraduras..?

miércoles, 26 de octubre de 2011

El Gatito que quería ser maquinista

Había una vez una gatito romano muy pequeño, que no tenía familia , ni nada que se le parezca  y hallándose sólo y sin hogar, decidió refugiarse dentro de un viejo vagón del tren..Era oscuro, pero se estaba calentito..Aquellas paredes de hierro resultaban perfectas para combatir el frio  zamorano..¡Qué suerte he tenido..!-pensaría el minino..Y fue así como una locomotora abandonada se convirtió , de la noche a la mañana, en la nueva casita de nuestro amigo...




Todos sabemos que a los gatos les gusta la tranquilidad y esconderse en lugares oscuros, ocultos y silenciosos para poder estar a sus anchas, pero aquella máquina sin vida le atraía de una manera especial..Se pasaba todo el día recorriéndola de principio a fin, metiéndose en todos y cada uno de sus recovecos..


Lo quería explorar todo, saber para qué servía cada una de sus piezas, darle  a  todas las palancas...


En poco tiempo, aprendió a manejar la máquina y se paseaba alegremente por ella, imaginándose que la conducía a toda velocidad, recorriendo pueblos y ciudades..Sí porque , en el fondo,el quería ser maquinista, el primer gatito maquinista de la Renfe y aunque parezca un poco exagerado, él ya se había hecho a la idea...
Piiii dejad paso al tren-repetía en sus sueños , una y otra vez..


Muchos fueron los niños y curiosos que se acercaron a esta vieja locomotora para llevarse el gatito, incluso le echaban comida para ponerle una trampa, pero él no se dejaba..Se escondía aún más en el corazón de aquella chatarra medio oxidada y enseñaba sus uñas, todo furioso..No me cogereis-parecía decir entre dientes...

Pasaron los días y nadie volvió a saber nada de aquel gatito ,empeñado en ser maquinista..Quizás se marchó a otro lugar donde lo dejaran tranquilo o simplemente se escondió aún más dentro de aquel tren y no volvió a salir de allí...Y colorín y colorado este cuento se ha acabado..